viernes, 31 de enero de 2014

1974 - 1975: AÑOS CRUCIALES, FAMILIAR Y PROFESIONALMENTE

A veces, en una gran empresa, hay previsiones o crónicas cantadas, de las que el protagonista es el último que se entera.

Yo, en 1974, dediqué la mayor preocupación al probable matrimonio y a la formación de una nueva familia con todas las garantías de independencia económica, física y social. Y con todas las obligaciones en que me iba a embarcar. No por ello, dejé de tocar con los pies en el suelo en prepararme para nuevas responsabilidades profesionales. Lo que nunca me consideré es un hombre de chismorreos y menos correveidile y lameculos. Quizás ello me hubiera en principio acelerado la puesta de medallas, no lo sé. Quizás después, también puestos más "altos", sí lo sé, porque ya tuve ofertas, que rechacé porque no entraban en mis principios. Porque tengo principios y me gusta presumir de ellos.  Y estoy seguro que hoy estoy donde he querido estar, con lo que he querido estar y con los que he querido estar. Así de claro.

Tras casarme el 24 de septiembre, nuestro viaje de luna de miel fue nada menos que  de treinta y tres días dando la vuelta a España en nuestro humilde automóvil. Y hasta el 31 de octubre, a mi regreso al banco, ni me había preocupado por mi destino. Al parecer era cantado y hasta lo sabían todos. De hecho el Consejo de Administración del Banco ya me había nombrado apoderado para una sucursal concreta el muy pasado 25 de abril.

Estrenamos nuestro piso matrimonial, totalmente nuevo y amueblado, practicamente el mismo día que me dijeron  "prepara la maleta, que mañana tienes que ir a L... de apoderado".

Y 1975 fue de asentamiento en la nueva sucursal, donde curiosamente había trabajado de interino nueve años antes y compartía mismo local y compañeros que entonces. Junto al río, desde el que veíamos las pantorrillas de las lavanderas, aquel edificio que casi se lo llevan las inundaciones de 1983. Aquí también el director era un hombre de prestigio en el pueblo ya cercano a los 65 años, pero ya muy lejano al nuevo estilo que en nuestra comarca empezada a capitanear el conocido inspector lince y ambicioso de 1967. "No le prives de su aparente autoridad, pero cuéntame lo que no te guste y apórtame tus ideas". El que al principio me dio alas, como a tantos y reconozco que él me descubrió y promocionó rápido, las uso mucho más para volar y subir él y siempre él. Y cuando le convino me las recortó y al final me "tiró" por no plegar del todo a sus conveniencias.
 
Pero de este personaje, que ha dirigido o manipulado -veo difícil emplear la palabra justa y entendible-, catorce años de mi vida profesional en ese banco, volveré a escribir.

Y también en enero de 1975 compré el primer coche nuevo. Y, fruto de  nuestro reciente matrimonio, en julio nació nuestro primer hijo. Y  en septiembre hasta iniciamos la compra de otro piso en L...

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario