jueves, 26 de diciembre de 2013

1967: INICIO UNA CARRERA EN LA QUE CORRERE 34 AÑOS

Y acabé 1966 en "paro", aunque entonces no se llamara así, ni se cobrara un céntimo tras recibir el finiquito de final del contrato. Tenía que volver a empezar la misma odisea del otoño de 1965. La bicicleta y a recorrer  las fábricas y oficinas del pueblo y algún otro cercano. Y con el tren los del pueblo que tenía el "curriculum" de haber trabajado en la primera de sus sucursales bancarias.

"A partir de terminar el contrato de trabajo, me he propuesto encontrar un nuevo trabajo estable y lo busco". (9.1.67) "Ha llegado a casa el curso de Auxiliar de Banca, que pedí a Tecniban Madrid, 20 lecciones, 1.800 pesetas" (1.4.67) "Bajo a Bilbao a entregar la solicitud al B". (5.4.67)  "El 8.4.67  compramos una máquina de escribir portátil por correspondencia" El 1.1.67 émpecé a escribir mis Diarios en agendas bancarias (aquellos años de muy reducido tamaño). En la primera ya recogí frases como las citadas y varias más, alusivas a mi preocupación por prepararme estudiando y encontrar trabajo. La máquina de escribir la pagó mi hermano, que ya llevaba años trabajando, con carrera, sueldo fijo y de funcionario, donde duró bien hasta cumplir los 60. Yo perfeccioné mi mecanografía con ella. La rapidez, para lo que era muy conveniente utilizar los diez dedos, era prueba casi decisoria para los que aspirábamos a oficinitas. 

Empezaba una década de oposiciones masivas a la banca en Bilbao, lo poco que yo conocía y a lo que aspiraba. El 22 de abril  me enfrento a otros 500 opositores en la Comercial de Deusto. "... en dos tandas, examen breve de aptitud".  El 17 de mayo, por carta me comunican haber aprobado el primero y que debo presentarme al segundo de inmediato, el sábado 20. Acudimos unos 150. Contabilidad, Derecho, Geografía Económica y Redacción. Más de dos horas. Nos dicen que hay unos quince puestos de trabajo, a lo mejor ampliables a medio plazo. No salgo satisfecho, aunque he respondido a todo y empleado la totalidad del tiempo.

Sigo preparándome en el estudio y pedaleando en la vieja bicicleta en busca del curro. También otros dos exámenes de oposiciones a otro gran banco en la capital vizcaína, en los que paso el gran primer filtro. En julio y agosto me olvido del espinoso tema y pierdo algunos kilos de las grasas que nunca tuve en una actividad frenética con la cuadrilla de amigos.  Las fiestas, un grupo de danzas, las cuadrillas que, como copia de las de Pamplona y Vitoria, nuestro pueblo inicia No paro. De trabajar divertiéndome. De divertirme trabajando. Algunos decían que apuntaba maneras de dirigente. También hiperactivo en los deportes. La montaña, el fútbol, el frontón.

Como la tenacidad vale para algo, al fin en setiembre me llaman de un pequeño taller en un pueblo pequeño y cercano al mío. De jefe de la oficina de una Industria de Muebles Metálicos de una veintena de trabajadores. El simple oficinista de una sillería para oficinas. Cuando el tiempo me lo permitía, hacía en bici los casi 14 kilómetros y más de un día acabé empapado de agua, no de sudor.

En mi diminuta agenda, cabe este escrito el día 11.12.67. "Mucha nieve. Buena noticia, Saqué plaza en la oposición de abril. Puedo ir inmediatamente a Basauri. Me hago  los análisis de sangre, orina y rayo X. Perfectamente, lo pensaré".

No necesité mucho tiempo para pensarlo, tras comentarle la oferta al patrón de IMES. Astuto y cicatero, no contraofertó y calló. Por mi ética y nuevo horario, ya de 8 a 15 h. en banca de las poblaciones superiores a 25.000 habitantes, me multipliqué esa quincena acudiendo a los dos trabajos todos los días. Cerrándole los balances y cuentas del año y dejándo todo al día, ni siquiera me pagó la Extraordinaria de Navidad, porque el 15 ya me dio de baja en la empresa. Para el alta no fue tan rápido y se le "olvidó" hasta pasado un mes.  Se dijo "generoso", cuando  a duras penas creo que conseguí que me pagará sólo medio mes o un poco más por las horas metidas. ¡Le apodaban "el sabio", pero era mucho más caradura y mentiroso que listo! Y terminó como merecía terminar.

¡De buena me escapé! El 15 escribo... "Mucho trabajo. Me encargaré de todo lo de Caja de Ahorros, Giros, Cheques, Transferencias y Moneda Extrabjera".  Cotizaré en la Seguridad Social desde el 15, pero acudí a la oficina a las 7,55 h. del día 16. Y cobré pocos días después 103,25 pesetas de Extraordinaria de Navidad.

El último viernes, día 29, del año, las sucursales cerramos todos los balances, por lo que algunos empleados nos quedamos hasta las diez de la noche. No cobramos las horas, pero era  un privilegio  comer con el apoderado de la oficina y ser elegido a quedarse a tan importante "cierre del ejercicio".  Aunque los sistemas, vistos desde ahora parezcan cavernícolas, el Presidente ya tendría los Resultados y Balances antes de fin de año. Y probablemente con más exactitudes y menos arreglos que ahora.  

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